SIERRA DE SAN CRISTÓBAL, EL PUERTO DE SANTA MARÍA, CÁDIZ.
     
 

LAS CANTERAS DE LA SIERRA DE SAN CRISTÓBAL.


Recuerdo perfectamente el primer día que alguien me llevó a visitar una cantera, la que se halla en el borde de la necrópolis de Las Cumbres y al pié de la Sierra de San Cristóbal, cuyo nombre no recuerdo. Caminaba entre cortes y paredes excavadas en la roca, con la maleza que apenas dejaba ver nada. Y de pronto, una puerta se abría en la roca taponada en parte por una higuera, un pasillo largo no muy alto ni ancho y al fondo una luz. Y entramos.

 

   

Se abría ante los ojos, un espectáculo maravilloso de grandes pilares que sostenían techos altos, altísimos me parecieron y son, como las catedrales góticas que alcanzan el cielo, claraboyas para la luz, espacios inesperados, volúmenes sobresalientes de las paredes, como esculturas de otro mundo, escaleras cortadas que no conducen a ningún sitio, sillares semicortados y a veces en la pared unos nombres grabados y una fecha.

En suma, los espacios que a veces soñamos como irreales y que existen, que estaban delante de mí. Entonces supe que estaba ante unos espacios divinos entre una Historia Universal que es la arqueología que florece en la sierra.

Y fuí una y otra vez. Y no dejo de ir. Y a partir de esta cantera, muchas otras, que componen el mundo de la escultura inmensa de la sierra. Toda esta parte de la sierra, que son muchas hectáreas es una escultura visible y bajo la tierra.

 

   


En efecto, la Sierra de San Cristóbal es una pequeña altura comparada con otras sierras, entre las poblaciones de Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María, que ofrece un relieve muy suave, nada molesto para deambular por ella sin gran esfuerzo ni sofoco. Es la ventaja de una pequeña sierra no muy alta, que alcanza sólo 124 m en mu mayor altura, desde la que se divisa el mar, la marisma, la Bahía, El puerto de Santa María, Jerez, medina Sidonia y al fondo el farallón de la sierra oscura y alta.


¿De que está hecha? De piedra calcarenita, no muy densa, lo suficiente para cortarse con cierta facilidad. Y se aprovechó para la construcción de edificios antiguos, como los de la ciudad fenicia, las de otras ciudades cercanas y más lejos, en un trabajo de extracción superficial.

Y desde el siglo XV hasta los comienzos del XX el hombre se adentró en sus entrañas y comenzó a sacar piedra y más piedras y a la vez edificar una ciudad subterránea, que son las casi treinta canteras que la perforaron y crearon esos edificios sublimes. Es la riqueza de los sentidos.

Cuando se nombra a las canteras, siempre se dicen varias cosas, entre ellas que esta piedra se empleó en las construcciones del siglo XVI en la catedral de Sevilla. Así fue en efecto, como en los palacios e iglesias de los alrededores e incluso de lugares muy distantes. La segunda es que el Rey Alfonso XIII realizó una visita a una de ellas por invitación del alcalde y comentó que eran las más grandes y maravillosas que había visto. Se quería promocionar turismo con su visita. Y quedó en la visita del Rey. Y el olvido, como sucede en estas tierras. Para olvidar lo importante somos los mejores.


Recientemente, se ha efectuado un trabajo de prospección y catalogación de las canteras para hacer la ruta de las canteras, que es un viaje iniciático al mundo de la belleza.

Y como elemento principal del Parque Cultural, Arqueológico y Lúdico quiero integrar la Cueva de la Mujer, en la zona militar en la sierra, además de dar contenido a otras muy cercanas.

Ya iré explicando las sensaciones de estar en una de ellas y los proyectos para darles contenidos culturales. Lo cierto es que las canteras, todas las conservadas, y la de la Mujer, la más cuidada, van a constituir un punto fuerte en el Parque Cultural. Donde se va a vivir la experiencia única que siempre se recuerda, de historia, de vivencias espaciales, de luz, música, del recuerdo de los héroes míticos y de las palabras o el absoluto silencio.

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